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PADRE FREDY MÉNDEZ

Padre Fredy Méndez.

lunes, 6 de julio de 2020

Covid-19. Guatemala: La diócesis de Escuintla alerta el aumento de casos

Carta abierta de la diócesis de Escuintla al gobierno central, al Ministerio de la salud y a las autoridades locales para que se tomen medidas urgentes ante la crisis sanitaria, económica y humana en general.


Alina Tufani – Ciudad del Vaticano
El desbordamiento de los casos de contagio por Covid-19 y la saturación innegable de los hospitales de Escuintla y del Seguro Social son solo algunas de las motivaciones de la Carta abierta urgente de la diócesis de Escuintla al gobierno central, al Ministerio de la salud y a las autoridades locales para que se tomen medidas  urgentes ante la crisis sanitaria, económica y humana en general. Escuintla, es el segundo departamento, después de Ciudad de Guatemala, la capital,  con el mayor número de contagios en el país.

Graves condiciones del sistema sanitario

La misiva subraya que las duras situaciones que afectan de una manera u otra a la población escuintleca, especialmente, las graves condiciones del sistema sanitario, ha llevado a muchas personas a “curarse como pueden, sobrellevando en casa, en silencio, el pánico del contagio, la enfermedad misma, y debiendo afrontar las carencias de atención y las penurias económicas”. De hecho, el aumento del desempleo en pequeñas y medianas empresas, en uno de los departamentos con los más altos índices de vida productiva y comercial, ha golpeado duramente a una población donde el 50 por ciento vive en la pobreza y más del 10 por ciento en  la pobreza extrema.

Una serie de acciones indispensables

El documento enumera  una serie de acciones “impostergables” e indispensables para sobrellevar la crisis: “Acelerar urgentemente la construcción/adecuación del tan esperado Hospital temporal de Santa Lucía Cotzumalguapa;  incrementar el número de pruebas de contagio y su procesamiento más rápido y eficiente; fortalecer la responsabilidad social de las empresas pequeñas y medianas hacia sus trabajadores mejorando las condiciones sanitarias de los lugares donde se ganan el pan de cada día; intensificar la educación sanitaria de todos, por todos los medios de comunicación posibles y a nivel regional, pues no basta la información nacional para crear el compromiso ético de cada uno en preservar su salud y la de los demás.

Colaborar a la superación de la pandemia

La Carta abierta de la diócesis, sin embargo, no deja de reconocer y agradecer los esfuerzos de las autoridades por contrarrestar el avance de la pandemia, a los médicos, agentes sanitarios, del orden público, así como a los grupos sociales y económicos empresariales que han ayudado a paliar desde el inicio sus consecuencias. Y al garantizar la mejor disposición de colaborar en lo posible a la superación de este momento tan difícil, el documento recuerda a los muchos fallecidos en Escuintla durante esta pandemia: “para sus familias nuestro sincero pésame y la seguridad de nuestras oraciones ante el Señor de la Vida”.

El pico de la pandemia vendrá en julio y agosto

Desde que el pasado 13 de marzo cuando se informó sobre el primer caso de coronavirus, Guatemala ha alcanzado los 21.293 casos y los 880 fallecimientos por COVID-19. Según el más reciente informe del Ministerio de Salud, solo este viernes, 3 de julio, Guatemala sumó 1 mil 221 nuevos contagios coronavirus, el más alto número en un día. El Gobierno del presidente Alejandro Giammattei ha advertido que el pico de la pandemia vendrá en julio y agosto. El país centroamericano se encuentra bajo toque de queda de seis de la tarde a cinco de la mañana y con ciertas restricciones de movilidad para los cuatro departamentos con más casos: Guatemala, San Marcos, Escuintla y Quetzaltenango.

miércoles, 1 de julio de 2020

Txutx Malin, MCM Transfiguración de Jesús

Santa Eulalia 1 de Julio 2020


Transfiguración de Jesús, un ministerio de Canto y Música oriundos de la comunidad Cristo de Esquipulas (Buena Vista) presentan un canto que esta bajo su inspiración denominado Txutx Malin (María nuestra madre) es uno de los ministerios de la Parroquia que se han integrado recientemente, llevando un par de años en su haber. 

En el reciente concurso de Cantos realizado en la Parroquia Santa Eulalia Mártir, donde participaron 2 ministerios de las 12 regiones que conforman la Parroquia.

Puede solicitar los cantos de este ministerio y en especial este canto inspirado por ellos a través de nuestros medios de comunicación 4870-5983 y 7765-9845.



viernes, 26 de junio de 2020

Txajul Ayji Hach Kotxutx Malin. MCM María de Lourdes

Santa Eulalia 26 de Junio 2020


Existen diferentes Ministerios que se han inspirados en nuestra Madre la Virgen María para componer su música, es el caso del Ministerio de Canto y Música María de Lourdes de la comunidad Yich Joyom, con una trayectoria de 25 años cantando a Dios y a nuestra madre la Virgen María, actualmente en nuestro repertorio cuentan con tres materiales discográficos con cantos en castellano y q´anjob´al.

En el reciente concurso de Cantos realizado en la Parroquia Santa Eulalia Mártir, donde participaron 2 ministerios de las 12 regiones que conforman la Parroquia, en esa ocasión ocuparon el primer lugar con el tema Txajul Ayji Hach Kotxutx Malin. (Bendecida estas María) letra y música que inspiró el ministerio.

Puede solicitar los cantos de este ministerio y en especial este canto inspirado por ellos a través de nuestros medios de comunicación 4870-5983 y 7765-9845.


jueves, 11 de junio de 2020

Hoy celebramos la Solemnidad del Corpus Christi


REDACCIÓN ACI PRENSA 



Un milagro eucarístico del siglo XIII fue el origen de la Fiesta del Corpus Christi, que la Iglesia celebra el jueves siguiente a la Solemnidad de la Santísima Trinidad; aunque en algunos países las Iglesias locales deciden trasladarla para el domingo por una cuestión pastoral.

En esta solemnidad la Iglesia tributa a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, gratitud y amor, siendo la procesión del Corpus Christi una de las más importantes en toda la Iglesia Universal.

A mediados del siglo XIII el P. Pedro de Praga dudaba sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía y realizó una peregrinación a Roma para rogar sobre la tumba de San Pedro una gracia de fe. Al retornar, mientras celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la Cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró manchando el corporal.

La noticia llegó rápidamente al Papa Urbano IV, que se encontraba muy cerca en Orvieto, y mandó que se le lleve el corporal. Más adelante el Pontífice publicó la bula “Transiturus”, con la que ordenó que se celebrara la Solemnidad del Corpus Christi en toda la Iglesia el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad.

El Santo Padre encomendó a Santo Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico para la fiesta y la composición de himnos, que se entonan hasta el día de hoy: Tantum Ergo, Lauda Sion.

El Papa Clemente V en el Concilio general de Viena (1311) ordenó una vez más esta fiesta y publicó un nuevo decreto en el que incorporó el de Urbano IV. Posteriormente Juan XII instó su observancia.

Gracias Señor, por la Eucaristía
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.
Gracias Señor, porque nos amastes hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque quisistes celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...
Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la eucaristía...

Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...



sábado, 23 de mayo de 2020

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA 54 JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES


Mensaje del Santo Padre
Para que puedas contar y grabar en la memoria (cf. Ex 10,2)



La vida se hace historia
Quiero dedicar el Mensaje de este año al tema de la narración, porque creo que para no perdernos necesitamos respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no que destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos. En medio de la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros.

1. Tejer historias
El hombre es un ser narrador. Desde la infancia tenemos hambre de historias como tenemos hambre de alimentos. Ya sean en forma de cuentos, de novelas, de películas, de canciones, de noticias…, las historias influyen en nuestra vida, aunque no seamos conscientes de ello. A menudo decidimos lo que está bien o mal hacer basándonos en los personajes y en las historias que hemos asimilado. Los relatos nos enseñan; plasman nuestras convicciones y nuestros comportamientos; nos pueden ayudar a entender y a decir quiénes somos.

El hombre no es solamente el único ser que necesita vestirse para cubrir su vulnerabilidad (cf. Gn 3,21), sino que también es el único ser que necesita “revestirse” de historias para custodiar su propia vida. No tejemos sólo ropas, sino también relatos: de hecho, la capacidad humana de “tejer” implica tanto a los tejidos como a los textos. Las historias de cada época tienen un “telar” común: la estructura prevé “héroes”, también actuales, que para llevar a cabo un sueño se enfrentan a situaciones difíciles, luchan contra el mal empujados por una fuerza que les da valentía, la del amor. Sumergiéndonos en las historias, podemos encontrar motivaciones heroicas para enfrentar los retos de la vida.

El hombre es un ser narrador porque es un ser en realización, que se descubre y se enriquece en las tramas de sus días. Pero, desde el principio, nuestro relato se ve amenazado: en la historia serpentea el mal.

2. No todas las historias son buenas
«El día en que comáis de él, […] seréis como Dios» (cf. Gn 3,5). La tentación de la serpiente introduce en la trama de la historia un nudo difícil de deshacer. “Si posees, te convertirás, alcanzarás…”, susurra todavía hoy quien se sirve del llamado storytelling con fines instrumentales. Cuántas historias nos narcotizan, convenciéndonos de que necesitamos continuamente tener, poseer, consumir para ser felices. Casi no nos damos cuenta de cómo nos volvemos ávidos de chismes y de habladurías, de cuánta violencia y falsedad consumimos. A menudo, en los telares de la comunicación, en lugar de relatos constructivos, que son un aglutinante de los lazos sociales y del tejido cultural, se fabrican historias destructivas y provocadoras, que desgastan y rompen los hilos frágiles de la convivencia. Recopilando información no contrastada, repitiendo discursos triviales y falsamente persuasivos, hostigando con proclamas de odio, no se teje la historia humana, sino que se despoja al hombre de la dignidad.

Pero mientras que las historias utilizadas con fines instrumentales y de poder tienen una vida breve, una buena historia es capaz de trascender los límites del espacio y del tiempo. A distancia de siglos sigue siendo actual, porque alimenta la vida. En una época en la que la falsificación es cada vez más sofisticada y alcanza niveles exponenciales (el deepfake), necesitamos sabiduría para recibir y crear relatos bellos, verdaderos y buenos. Necesitamos valor para rechazar los que son falsos y malvados. Necesitamos paciencia y discernimiento para redescubrir historias que nos ayuden a no perder el hilo entre las muchas laceraciones de hoy; historias que saquen a la luz la verdad de lo que somos, incluso en la heroicidad ignorada de la vida cotidiana.

3. La Historia de las historias
La Sagrada Escritura es una Historia de historias. ¡Cuántas vivencias, pueblos, personas nos presenta! Nos muestra desde el principio a un Dios que es creador y narrador al mismo tiempo. En efecto, pronuncia su Palabra y las cosas existen (cf. Gn 1). A través de su narración Dios llama a las cosas a la vida y, como colofón, crea al hombre y a la mujer como sus interlocutores libres, generadores de historia junto a Él. En un salmo, la criatura le dice al Creador: «Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias porque son admirables tus obras […], no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra» (139,13-15). No nacemos realizados, sino que necesitamos constantemente ser “tejidos” y “bordados”. La vida nos fue dada para invitarnos a seguir tejiendo esa “obra admirable” que somos.

En este sentido, la Biblia es la gran historia de amor entre Dios y la humanidad. En el centro está Jesús: su historia lleva al cumplimiento el amor de Dios por el hombre y, al mismo tiempo, la historia de amor del hombre por Dios. El hombre será llamado así, de generación en generación, a contar y a grabar en su memoria los episodios más significativos de esta Historia de historias, los que puedan comunicar el sentido de lo sucedido.

El título de este Mensaje está tomado del libro del Éxodo, relato bíblico fundamental, en el que Dios interviene en la historia de su pueblo. De hecho, cuando los hijos de Israel estaban esclavizados clamaron a Dios, Él los escuchó y rememoró: «Dios se acordó de su alianza con Abrahán, Isaac y Jacob. Dios se fijó en los hijos de Israel y se les apareció» (Ex 2, 24-25). De la memoria de Dios brota la liberación de la opresión, que tiene lugar a través de signos y prodigios. Es entonces cuando el Señor revela a Moisés el sentido de todos estos signos: «Para que puedas contar [y grabar en la memoria] de tus hijos y nietos […] los signos que realicé en medio de ellos. Así sabréis que yo soy el Señor» (Ex 10,2). La experiencia del Éxodo nos enseña que el conocimiento de Dios se transmite sobre todo contando, de generación en generación, cómo Él sigue haciéndose presente. El Dios de la vida se comunica contando la vida.

El mismo Jesús hablaba de Dios no con discursos abstractos, sino con parábolas, narraciones breves, tomadas de la vida cotidiana. Aquí la vida se hace historia y luego, para el que la escucha, la historia se hace vida: esa narración entra en la vida de quien la escucha y la transforma.

No es casualidad que también los Evangelios sean relatos. Mientras nos informan sobre Jesús, nos “performan”[1] a Jesús, nos conforman a Él: el Evangelio pide al lector que participe en la misma fe para compartir la misma vida. El Evangelio de Juan nos dice que el Narrador por excelencia —el Verbo, la Palabra— se hizo narración: «El Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado» (cf. Jn 1,18). He usado el término “contado” porque el original exeghésato puede traducirse sea como “revelado” que como “contado”. Dios se ha entretejido personalmente en nuestra humanidad, dándonos así una nueva forma de tejer nuestras historias

4. Una historia que se renueva
La historia de Cristo no es patrimonio del pasado, es nuestra historia, siempre actual. Nos muestra que a Dios le importa tanto el hombre, nuestra carne, nuestra historia, hasta el punto de hacerse hombre, carne e historia. También nos dice que no hay historias humanas insignificantes o pequeñas. Después de que Dios se hizo historia, toda historia humana es, de alguna manera, historia divina. En la historia de cada hombre, el Padre vuelve a ver la historia de su Hijo que bajó a la tierra. Toda historia humana tiene una dignidad que no puede suprimirse. Por lo tanto, la humanidad se merece relatos que estén a su altura, a esa altura vertiginosa y fascinante a la que Jesús la elevó.

Escribía san Pablo: «Sois carta de Cristo […] escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de corazones de carne» (2 Co 3,3). El Espíritu Santo, el amor de Dios, escribe en nosotros. Y, al escribir dentro, graba en nosotros el bien, nos lo recuerda. Re-cordar significa efectivamente llevar al corazón, “escribir” en el corazón. Por obra del Espíritu Santo cada historia, incluso la más olvidada, incluso la que parece estar escrita con los renglones más torcidos, puede volverse inspirada, puede renacer como una obra maestra, convirtiéndose en un apéndice del Evangelio. Como las Confesiones de Agustín. Como El Relato del Peregrino de Ignacio. Como la Historia de un alma de Teresita del Niño Jesús. Como Los Novios, como Los Hermanos Karamazov. Como tantas innumerables historias que han escenificado admirablemente el encuentro entre la libertad de Dios y la del hombre. Cada uno de nosotros conoce diferentes historias que huelen a Evangelio, que han dado testimonio del Amor que transforma la vida. Estas historias requieren que se las comparta, se las cuente y se las haga vivir en todas las épocas, con todos los lenguajes y por todos los medios.

5. Una historia que nos renueva
En todo gran relato entra en juego el nuestro. Mientras leemos la Escritura, las historias de los santos, y también esos textos que han sabido leer el alma del hombre y sacar a la luz su belleza, el Espíritu Santo es libre de escribir en nuestro corazón, renovando en nosotros la memoria de lo que somos a los ojos de Dios. Cuando rememoramos el amor que nos creó y nos salvó, cuando ponemos amor en nuestras historias diarias, cuando tejemos de misericordia las tramas de nuestros días, entonces pasamos página. Ya no estamos anudados a los recuerdos y a las tristezas, enlazados a una memoria enferma que nos aprisiona el corazón, sino que abriéndonos a los demás, nos abrimos a la visión misma del Narrador. Contarle a Dios nuestra historia nunca es inútil; aunque la crónica de los acontecimientos permanezca inalterada, cambian el sentido y la perspectiva. Contarse al Señor es entrar en su mirada de amor compasivo hacia nosotros y hacia los demás. A Él podemos narrarle las historias que vivimos, llevarle a las personas, confiarle las situaciones. Con Él podemos anudar el tejido de la vida, remendando los rotos y los jirones. ¡Cuánto lo necesitamos todos!

Con la mirada del Narrador —el único que tiene el punto de vista final— nos acercamos luego a los protagonistas, a nuestros hermanos y hermanas, actores a nuestro lado de la historia de hoy. Sí, porque nadie es un extra en el escenario del mundo y la historia de cada uno está abierta a la posibilidad de cambiar. Incluso cuando contamos el mal podemos aprender a dejar espacio a la redención, podemos reconocer en medio del mal el dinamismo del bien y hacerle sitio.

No se trata, pues, de seguir la lógica del storytelling, ni de hacer o hacerse publicidad, sino de rememorar lo que somos a los ojos de Dios, de dar testimonio de lo que el Espíritu escribe en los corazones, de revelar a cada uno que su historia contiene obras maravillosas. Para ello, nos encomendamos a una mujer que tejió la humanidad de Dios en su seno y —dice el Evangelio— entretejió todo lo que le sucedía. La Virgen María lo guardaba todo, meditándolo en su corazón (cf. Lc 2,19). Pidamos ayuda a aquella que supo deshacer los nudos de la vida con la fuerza suave del amor:

Oh María, mujer y madre, tú tejiste en tu seno la Palabra divina, tú narraste con tu vida las obras magníficas de Dios. Escucha nuestras historias, guárdalas en tu corazón y haz tuyas esas historias que nadie quiere escuchar. Enséñanos a reconocer el hilo bueno que guía la historia. Mira el cúmulo de nudos en que se ha enredado nuestra vida, paralizando nuestra memoria. Tus manos delicadas pueden deshacer cualquier nudo. Mujer del Espíritu, madre de la confianza, inspíranos también a nosotros. Ayúdanos a construir historias de paz, historias de futuro. Y muéstranos el camino para recorrerlas juntos.

Vaticano, 24 de enero de 2020, fiesta de san Francisco de Sales.

FRANCISCUS


jueves, 21 de mayo de 2020

" Chach Jochej Mamin " Cantos interpretados en Q´anjob´al por P. Fredy Méndez

Santa Eulalia 21 de mayo 2020





Padre Fredy Méndez de la parroquia Santa Eulalia Virgen y Mártir, un párroco que se ha dado a conocer por su pasión y vocación en la música, a prueba de ello estará promocionando próximamente un nuevo material  discográfico bajo el nombre "Chach Jochej Mamin" una recopilación cantos interpretados  en el idioma
 q´anjob´al, el precio del disco estará a Q40,00 con la intención de aportar una ayuda para la construcción del Centro de Formación Pastoral Santa Eulalia.


 La información de los lugares donde se venderá se dará conocer en Radio Santa Eulalia. 

ESCUCHE EL CANTO

miércoles, 13 de mayo de 2020

Un día como hoy San Juan Pablo II salvó de morir gracias a la Virgen de Fátima



Redacción ACI Prensa


Un día como hoy hace 39 años, San Juan Pablo II se salvó de morir en el día en que la Iglesia habitualmente festeja a la Virgen de Fátima.

El 13 de mayo de 1981, cuando el Santo Padre recorría la Plaza de San Pedro en el papamóvil saludando a los peregrinos, fue herido gravemente de bala por los disparos del turco Alí Agca.

Como recordara años atrás el ex secretario de San Juan Pablo II y ahora Arzobispo de Cracovia (Polonia), Cardenal Stanislaw Dziwisz, luego del atentado el Papa Wojtyla se acercó más a la devoción por la Virgen de Fátima convencido de que Santa María lo protegió.

También, en mayo de 2006 durante un ángelus dominical, Benedicto XVI recordó que el Papa Wojtyla “sintió haber sido milagrosamente salvado de la muerte gracias a la intervención de ‘una mano maternal’.

El Papa peregrino señaló en una oportunidad que cuando fue alcanzado por la bala, no se dio cuenta en un primer momento que era el "aniversario del día en que la Virgen se apareció a tres niños en Fátima". Luego narró que fue su secretario personal quien se lo dijo después de la operación en la que le extrajeron un proyectil del intestino.

Fueron cuatro balas las que alcanzaron a San Juan Pablo II, dos de ellas se alojaron en su intestino, otra impactó en su brazo derecho y la cuarta bala en la mano izquierda.

Durante su etapa de convalecencia, San Juan Pablo II estudió al detalle los informes de las apariciones de Fátima y al año del atentado viajó por primera vez a su santuario en Portugal para "agradecer a la Virgen su intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud".

En diciembre de 1983, el Santo visitó y perdonó en la cárcel a Agca quien expresó: "¿Por qué no murió? Yo sé que apunté el arma como debía y sé que la bala era devastadora y mortal. ¿Por qué entonces no murió? ¿Por qué todos hablan de Fátima?"

En 1984, el Papa Wojtyla formalizó su devoción y agradecimiento a la Virgen donando al santuario de Fátima la bala que le extrajeron y que fue engarzada en la aureola de la corona de la imagen.
La faja blanca que el Pontífice llevaba el día del atentado, fue donada al Santuario Mariano polaco de Jasna Gora, cuya Virgen es venerada desde hace siglos por sus compatriotas como símbolo de la unidad nacional.