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PADRE FREDY MÉNDEZ

Padre Fredy Méndez.

sábado, 22 de febrero de 2020

Cardenal Álvaro Ramazzini Imeri, nuevo miembro del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida


El papa Francisco ha nombrado al cardenal Álvaro Leonel Ramazzini Imeri, obispo de Huehuetenango, miembro del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
El Cardenal fue ordenado sacerdote el 27 de junio de 1971 en la Catedral de Guatemala y fue nombrado miembro del Colegio Cardenalicio el 5 de octubre de 2019. Ahora se une a los demás miembros y consultores del Dicasterio: ocho cardenales, dos obispos, una religiosa, diez sacerdotes y 38 laicos, entre ellos tres matrimonios y quince mujeres de diferentes partes del mundo.
¡Cuáles son las funciones de este Dicasterio?
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida fue instituido por el Papa Francisco, el 15 de agosto de 2016, mediante el Motu Proprio Sedula Mater, asumiendo las competencias y funciones que pertenecían al Consejo Pontificio para los Laicos y al Consejo Pontificio para la Familia.
 Su función es promover la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo. Dentro de esta función encontramos la promoción de la juventud teniendo como momento fuerte la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud.
 Se dedica también al cuidado pastoral de la familia, su dignidad  y su bien basado en el sacramento del Matrimonio. Promueve el Encuentro Mundial de las Familias.
 Otra de sus funciones importantes es apoyar y coordinar las iniciativas para la protección de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural.  

viernes, 31 de enero de 2020

Hoy celebramos a San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud


Redacción ACI Prensa


Hoy celebramos a San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud
“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes el gran San Juan Bosco, fundador de la Familia Salesiana y declarado “padre y maestro de la juventud” por San Juan Pablo II.

Don Bosco nació un 16 de agosto de 1815 en I Becchi, Castelnuovo, Piemonte (Italia). A sus dos años murió su padre y su mamá, la “Sierva de Dios” Margarita Occhiena, siendo analfabeta y pobre, se encargó de sacar adelante a sus hijos.

A los nueve años Juanito tuvo un sueño profético en el que vio una multitud de chiquillos que se peleaban y blasfemaban. Él trató de hacerlos callar con los puños, pero se apareció Jesús y le dijo que debía ganarse a los muchachos con la mansedumbre y la caridad. Asimismo, Cristo le mostró a la que sería su maestra: la Virgen María.

Luego, la Madre de Dios le indicó que mirara donde estaban los muchachos y Juan vio a muchos animales que después se transformaron en mansos corderos. Al final, la Virgen le dijo estas memorables palabras: “A su tiempo lo comprenderás todo”.

Poco a poco fue creciendo en Juan un gran interés por  los estudios, así como su deseo de ser sacerdote para aconsejar a los pequeños. No obstante, para lograrlo, muchas veces tuvo que abandonar su casa y trabajar en diferentes oficios que, en el futuro, él enseñaría a sus muchachos para que se  ganen un sustento.

Ingresó al seminario de Chieri y conoció a San José Cafasso, quien le mostró las prisiones y los barrios bajos donde había jóvenes necesitados. Recibió el orden sacerdotal en 1841 y buscando prevenir que los muchachos se pierdan en malos pasos, entonces inició el oratorio salesiano que desde  sus inicios reunió a cientos de jóvenes

 Al principio esta obra no tenía lugar fijo hasta que logra establecerse en el barrio periférico de Valdocco. En una ocasión cayó gravemente enfermo, pero al recuperarse Don Bosco prometió dar hasta su último aliento por los jóvenes.

San Juan Bosco se entregó de lleno a consolidar y extender su obra. Brindó alojamiento a chicos abandonados, ofreció talleres de aprendizaje y, siendo un sacerdote pobre, construyó una iglesia en honor a San Francisco de Sales, el santo de la amabilidad.

En 1859 fundó a los Salesianos con un grupo de jóvenes y más adelante cofunda las Hijas de María Auxiliadora con Santa María Mazzarello. Luego también dio  inicio a los Salesianos Cooperadores. Además, sólo con donaciones, construyó la Basílica de María Auxiliadora de Turín y la Basílica del Sagrado Corazón en Roma.

San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, día que la Iglesia celebra su fiesta, y después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.

sábado, 25 de enero de 2020

CONVERSIÓN DE SAN PABLO 25 DE ENERO





La Sagrada Biblia, en el capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles, narra así La Conversión de San Pablo:  La Conversión de San Pablo

"Saulo, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén.
Y sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?".

 El respondió: ¿Quién eres tú Señor? Y oyó que le decían: "Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer".
Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin comer y sin beber.

Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: ¡Ananías! El respondió: "Aquí estoy Señor" y el Señor le dijo: "Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista.

Respondió Ananías y dijo: "Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu nombre".

El Señor le respondió: "Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre".

Fue Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo: "Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo". Al instante se le cayeron de los ojos unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas.

Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el nombre de Jesús? Y ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa religión? 

"Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es el Mesías, el salvador del mundo".

Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas dice: "Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago". Las Iglesias de Judea no me conocían pero decían: "El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería destruir". 

Y glorificaban a Dios a causa de mí. Apóstol San Pablo: que tu conversión sea como un ideal para todos y cada uno de nosotros. Que también en el camino de nuestra vida nos llame Cristo y nosotros le hagamos caso y dejemos nuestra antigua vida de pecado y empecemos una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.

Si lo que busco es agradar a la gente, no seré siervo de Cristo.

martes, 24 de diciembre de 2019

El Papa en Navidad: Amen la Iglesia así no sea perfecta y sirvan al prójimo así no cambie


ACI Prensa



El Papa Francisco celebró este 24 de diciembre en la Basílica de San Pedro la Misa de la Solemnidad de la Natividad del Señor en la que señaló que así como Dios no esperó que fuésemos perfectos para amarnos, igual debemos hacer con el prójimo y con la Iglesia.

Jesús “no cambió la historia constriñendo a alguien o a fuerza de palabras, sino con el don de su vida. No esperó a que fuéramos buenos para amarnos, sino que se dio a nosotros gratuitamente”, señaló el Papa durante su homilía.

En ese sentido, añadió, “tampoco nosotros podemos esperar que el prójimo cambie para hacerle el bien, que la Iglesia sea perfecta para amarla, que los demás nos tengan consideración para servirlos. Empecemos nosotros. Así es como se acoge el don de la gracia. Y la santidad no es sino custodiar esta gratuidad”.

Ante los cardenales, obispos, sacerdotes y fieles congregados, el Pontífice también dijo que “la Navidad nos recuerda que Dios sigue amando a cada hombre, incluso al peor. A mí, a ti, a cada uno de nosotros, Él nos dice hoy: ‘Te amo y siempre te amaré, eres precioso a mis ojos’”.

“Dios –aseguró– no te ama porque piensas correctamente y te comportas bien; Él te ama y basta. Su amor es incondicional, no depende de ti. Puede que tengas ideas equivocadas, que hayas hecho de las tuyas; sin embargo, el Señor no deja de amarte”.

La gratuidad del amor de Dios se manifestó en el nacimiento Jesús en Belén hace más de dos mil años, dijo el Papa. “Mientras que aquí en la tierra todo parece responder a la lógica de dar para tener, Dios llega gratis. Su amor no es negociable: no hemos hecho nada para merecerlo y nunca podremos recompensarlo”, señaló.

“¿Cuántas veces pensamos que Dios es bueno si nosotros somos buenos, y que nos castiga si somos malos? Pero no es así. Aun en nuestros pecados continúa amándonos. Su amor no cambia, no es quisquilloso; es fiel, es paciente”, indicó Francisco.

En ese sentido, explicó que los pastores que fueron a adorar al Niño “no eran santos” y en ellos “también estamos nosotros, con nuestras flaquezas y debilidades”, y así “como los llamó a ellos, Dios también nos llama a nosotros, porque nos ama”.

“¡Ánimo, no hay que perder la confianza, no hay que perder la esperanza, no hay que pensar que amar es tiempo perdido! En esta noche, el amor venció al miedo, apareció una nueva esperanza, la luz amable de Dios venció la oscuridad de la arrogancia humana. ¡Humanidad, Dios te ama, se hizo hombre por ti, ya no estás sola!”, expresó.

En su homilía, el Santo Padre invitó a los católicos a acoger el don otorgado por Dios, poniendo “nuestra mirada en el Niño y dejémonos envolver por su ternura. Ya no tendremos más excusas para no dejarnos amar por Él: Lo que sale mal en la vida, lo que no funciona en la Iglesia, lo que no va bien en el mundo ya no será una justificación. Pasará a un segundo plano, porque frente al amor excesivo de Jesús, que es todo mansedumbre y cercanía, no hay excusas. La pregunta que surge en Navidad es: ‘¿Me dejo amar por Dios? ¿Me abandono a su amor que viene a salvarme?’”.

El Papa Francisco culminó su homilía narrando una leyenda sobre los pastores que fueron a adorar el Niño para afirmar que todas las personas se pueden sentir amadas por Dios, así se consideren pobres de corazón.

Culminada la Misa, el Santo Padre recorrió la basílica en procesión hacia el Nacimiento armado en su interior, donde fue colocada la imagen del Niño Jesús. Francisco estuvo acompañado de un grupo de niños, entre los cuales había dos menores de Venezuela.

domingo, 24 de noviembre de 2019

CONFIRMACIÓN, PARROQUIA SANTA EULALIA MÁRTIR



El viernes día 22 de Noviembre de 2019, en nuestra Parroquia Santa Eulalia Mártir y en la Eucaristía de las 7:30  de la mañana, con la Iglesia repleta de familiares y amigos de los confirmandos y concelebrando todos los sacerdotes de la parroquia Padre Fredy Méndez, Wuilmar Mazariegos, Rosalío Chalí, Dionisio Mateo Simón, Cardenal Álvaro Ramazzini presidía la celebración.
Fueron más de 200 jóvenes, entre ellos personas de avanzada edad,  quienes públicamente confirmaron su fe y recibieron el sacramento.
En la homilía del Cardenal, destaco el cuidado de las acciones como hijos de Dios en cada uno de las cosas que hacemos, como también no traicionar a la iglesia; puso de ejemplo cuando los padres bautizan sus hijos pero en el transcurso del tiempo estos mismo terminan cambiándondose a otra religión y es lo que recalco el cardenal, ser fieles a la fe, a la iglesia y sobre todo a Dios  
“La celebración ha terminado. Pero ahora empieza nuestro compromiso. Somos la semilla que ha de crecer, hemos de ser levadura, hemos de ser granos de sal, antorcha que debe alumbrar”.






















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jueves, 31 de octubre de 2019

10 cosas que debes saber sobre los Santos




Los Santos son nuestros amigos del Cielo y hay cosas que debes saber sobre ellos. La Iglesia se divide en tres partes, pero todas ellas pertenecientes a la misma familia de Dios: la Iglesia Triunfante (los santos en el cielo), la Iglesia militante (los soldados que viven en la tierra, luchando por su salvación), y, por último, la Iglesia Purgante (es decir las almas del Purgatorio, que ya son santas, pero necesitadas de purificación para alcanzar el Cielo).
Este artículo se centrará en la iglesia triunfante, los santos del cielo que han triunfado victoriosamente sobre sus tres principales enemigos: el diablo y sus mentiras, el mundo y sus seducciones, y la carne y sus imperiosos deseos.

Cosas que debes saber sobre los Santos

Las siguientes son diez ideas precisas acerca de las más cautivadoras, heroicas, atractivas, alegres y tremendas personas que anduvieron en nuestra tierra y ahora son residentes permanentes del cielo, amigos de Dios y también amigos nuestros: Los Santos.
Sin ningún orden en particular te contamos ahora las cosas que debes saber sobre los santos que quizás no conocías.

1. Los Santos NO nacieron santos.

Un error algo frecuente es creer que los santos en realidad nacieron santos. Nada podría estar más lejos de la verdad.

Todos los santos fueron concebidos y nacieron con el pecado original, con malas tendencias e inclinaciones que debieron superar y dominar dependiendo de sus propios esfuerzos, pero sobre todo de la gracia de Dios.

De hecho algunos de los grandes santos habían vivido vidas pasadas muy pecaminosas antes de su conversión, por nombrar algunos: el buen ladrón, María Magdalena, San Agustín, San Ignacio de Loyola, Santa María de Egipto, y Santa Margarita de Cortona (conocido como la "Segunda Magdalena").

2. Tú también estás llamado a ser Santo.

A menudo, cuando enseño a los niños de Confirmación les pregunto cuántos de ellos quieren ser santos, y la mayoría de las veces ninguno levanta la mano.

Entonces les pregunto cuántos quieren evitar el infierno e ir al cielo y todos levantan las manos. Luego les explico que en el cielo están Dios Trino (La Santísima Trinidad), La Santísima Virgen María, los ángeles y los santos. Por lo tanto, para ir al cielo tienen que convertirse en santos.

3. Jesús nos ordenó ser santos.

Escucha las palabras de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, que es nuestro modelo y especialmente en la santidad de la vida:

"Sean santos como vuestro Padre celestial es santo" (Mateo 5,48)
Gramaticalmente el tiempo verbal es el imperativo, lo que significa que se trata de una orden de Dios mismo.

Si Dios nos manda a hacer algo, entonces Él nos dará la gracia suficiente para llevarlo a cabo. Dios nunca manda lo imposible, pero siempre nos da la gracia suficiente. Jesús dijo a San Pablo:
"Te basta mi gracia".

Santa Teresa de Calcuta expresa esta verdad de manera sucinta:
"La santidad no es el privilegio de unos pocos, sino el deber de todos."

El capítulo V de la Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium, es "La llamada universal a la santidad". Esta es una lectura obligada para todos los que verdaderamente desean ser santos. Te invito a leerla.

4. Los Santos vienen de todas partes,

La santidad no se limita a un solo tiempo, lugar, cultura o grupo étnico. La santidad está abierta a todos; más bien, la santidad es un mandato de Jesús para todos.
Revisa una antología de santos y encontrarás los más diversos orígenes y experiencias. Algunas son monjas; otros son sacerdotes, obispos o el Papa.

Otros son parejas casadas, como en el caso de los padres de Santa Teresita de Lisieux, Santos Luis y Celia Martin. Otros han abrazado la vocación de solteros laicos como Giuseppe Moscati y el Beato Giorgio Frassati. Algunos han muerto muy jóvenes como Domingo Savio (14 años) y María Goretti (11 años).

Luego están los que han tenido vidas largas, San Alfonso vivió alrededor de noventa años; San Antonio del desierto, así como San Juan Evangelista vivieron más de cien años. Algunos murieron por enfermedades y muchos fueron mártires.

Por lo tanto, la santidad trasciende el tiempo, el lugar, la cultura, el género, la formación intelectual o la falta de ella. ¡Todos estamos llamados a ser santos y todos hemos recibido la gracia para llegar a serlo!

5. Los santos y la Iglesia triunfante.

Los santos pueden ser clasificados como miembros de la Iglesia Triunfante. Ellos han peleado la buena batalla y han corrido la buena carrera y ahora están en el cielo coronados por Dios, victoriosos por haber conquistado al pecado en sus vidas y por haberse entregado y confiado en la gracia infinita de Dios y su misericordia insondable.

Jesús le dijo a Santa Faustina que los peores de todos los pecadores pueden ser los más grandes santos si simplemente confían en la misericordia infinita de Dios.

Celebramos el día de su fiesta todos los años el 1 de noviembre, la solemnidad de Todos los Santos.

6. Los Santos pueden interceder por nosotros.

Los santos nos pueden ayudar de muchas maneras. Sin embargo, dos aspectos de su presencia pueden ayudarnos sin medida.

En primer lugar, su poder de intercesión. Los santos pueden interceder por nosotros ante el trono de Dios y alcanzar de Dios para nosotros gracias necesarias para ayudarnos a evitar el pecado y practicar la virtud, para que podamos llegar a donde ahora están ellos en el Reino de los Cielos, la Casa del Padre Eterno.

En segundo lugar, los santos nos dejan con sus vidas un ejemplo poderoso que tenemos el reto de imitar en nuestras propias vidas. Los ejemplos santos nos cautivan y atraen casi magnéticamente.

¿Con qué frecuencia los santos han sido inspirados a seguir en el camino exigente de la santidad por las vidas de los santos que vivieron antes que ellos?

Un ejemplo perfecto es San Ignacio de Loyola que mientras se recuperaba de un disparo en las piernas por una bala de cañón en la batalla de Pamplona comenzó a leer la vida de los santos. Él estalló en un grito de entusiasmo: "Si Francisco pudo hacerlo, ¡yo también puedo!" Luego, "Si Domingo pudo hacerlo, entonces yo también puedo"

San Ignacio de Loyola se inspiró para convertirse en un gran santo a través de la lectura de las vidas de estos hombres y mujeres de Dios que vivieron santamente antes que él.

7. Lee la vida de los santos.

Por lo tanto, puede ser un enorme estímulo y motivación para todos nosotros el leer las vidas de los santos. Esto alimentará nuestros motores y nos dará abundantes elementos de reflexión sobre el camino que debemos emprender para llegar a la virtud heroica y a la santidad, a convertirnos en los santos que Dios nos ha llamado a ser.

¿Por qué no comprar el libro de la vida de un santo que te llame la atención o un texto que tenga un breve resumen de varias vidas de los santos y leer unos minutos cada noche antes de retirarte a dormir?

8. Las cualidades de los Santos.

Cuando el Santo Padre canoniza oficialmente a un santo, después que se han presentado los milagros requeridos luego de la muerte del santo (normalmente tres), el Papa está diciendo que esta persona practicó la virtud heroica.

A pesar del pecado original y, posiblemente, un pasado pecaminoso, el santo ha decidido abandonar el pecado y luchar contra éste. Pero aún más importante, el santo ha decidido con la ayuda de la gracia de Dios, practicar la virtud, y aún más, la virtud heroica.
En concreto, esto significa que él practica la virtud en su vida diaria constantemente; no a tropezones o sólo cuando le da la gana.

¡No! Hay una vida constante de virtud heroica, la práctica de las virtudes que reflejan la santidad de vida. ¿Qué virtudes puedes pedir? ¡TODAS! La fe, la esperanza, el amor, la paciencia, la pureza, la humildad, la obediencia, la penitencia y la mortificación, la fortaleza, el espíritu de oración y la misericordia, y muchas otras virtudes...

9. La alegría de los Santos.

Uno de los signos más evidentes de la presencia de Dios en nuestras vidas es el GOZO. San Pablo en su carta a los Filipenses nos exhorta con estas palabras:
"Alégrense siempre en el Señor. Insisto ¡Alégrense!" (Fil 4, 4)

Los santos no son de cara triste, taciturnos, caprichosos, amargados, o como dice el Papa Francisco: "Rostros de funeral" o "Cara de vinagre". Por el contrario, los santos están llenos del Espíritu Santo y se desbordan de efusiva alegría.

La alegría es uno de los frutos más claros y evidentes de la acción y operación del Espíritu Santo en las vidas de los santos.

10. María es la Reina de todos los Santos.

La Virgen es la Reina de todos los santos. Nuestra Señora es la mayor y más grande de todos los santos.

Es muy difícil encontrar cualquier santo que no tuviese un entregado, ferviente, tierno y ardiente amor y devoción por la Virgen. Sus oraciones y ejemplo han motivado a muchos hombres y mujeres a seguir el camino de la santidad. Por eso le decimos:

"Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

Que las oraciones dirigidas a Nuestra Señora nos animen a convertirnos en grandes santos a partir de ahora.

jueves, 24 de octubre de 2019

“Nuestra Madre tierra” el nuevo libro del Papa Francisco


PAPA FRANCISCO (imágen Ilustrativo)

Prensa CELAM. “Nuestra Madre tierra” es el título del nuevo libro del Papa Francisco. La publicación contiene una recopilación de discursos, mensajes y homilías en los que a lo largo de su pontificado se ha pronunciado en defensa del medio ambiente y la promoción del ser humano.
Católicos y Ortodoxos unidos
El libro publicado por la Editorial del Vaticano, cuenta con el prólogo de Patriarca de Constantinopla  Bartolomé I y un texto inédito del Pontífice en el que pide perdón por el daño causado al planeta.  “Sueño sinceramente con un crecimiento en la conciencia y un verdadero arrepentimiento por parte de todos nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, creyentes y no, por parte de nuestras sociedades, por dejarnos llevar por lógicas que dividen, crean hambre, aíslan y condenan. Sería bonito poder pedir perdón a los pobres, a los excluidos; entonces podríamos arrepentirnos sinceramente incluso del mal hecho a la tierra, el mar, el aire, los animales…”. Se lee en un fragmento del libro.
Otro de los temas de interés que plantea el libro es el perdón y la conexión con el amor y la bondad. Al respecto explica que “crisis  ecológica  que estamos experimentando es, por lo tanto, uno de los efectos de esta mirada enferma sobre nosotros, sobre los otros, en el mundo, con el paso del tiempo, una mirada enferma que no nos hace percibir todo como un regalo ofrecido por descubrirnos amados”.
El contenido
Nuestra Madre tierra” aborda con profundidad temáticas entre las que se pueden enumerar:
  • La concentración de poder y riqueza en manos de muy pocos
  • Las sociedades del bienestar
  • El gasto militar
  • La cultura del descarte
  • La visión del mundo desde las periferias
  • Ausencia de protección de niños y adolescentes
  • La vulnerabilidad de los abuelos
  • La concebidos pero no nacidos